lunes, junio 18, 2007

Rescatado con vida un hombre que llevaba seis meses perdido en una tienda de Ikea

Atanasio Niceforo Muletillas ha vuelto a nacer. Se le daba por perdido desde hacía meses, cuando su mujer dió la voz de alarma al no encontrarle en la sección de menaje donde habían quedado "en quince minutos". La epopeya de este hombre comenzó cuando don Atanasio se distrajo en los estantes de velas aromáticas: "Había cerca de 3000 y no me decidía entre el rosa palo y palo rosa". Cuando quiso darse cuenta, estaba perdido. "Bien es cierto que yo había ido más veces con mi mujer, pero siempre iba detrás de ella, rezogando y malhumorado. Pero aquel día, cuando me dijo que me fuera a comprar velas y que nos veíamos en quince minutos en una sección determinada, me bloqueé. Fuí incapaz de reaccionar. Aquello era un reto demasiado grande para mí.

Don Atanasio recuerda con horror cómo "no pude encontrar ni a mi mujer ni la salida. Vagué por los pasillos e intenté todas las técnicas conocidas para salir de un laberinto. Al final, uno no sabe como pero siempre termina en la cafeteria de la planta de arriba. Aquello era como un gigantesco vórtice que me atrapaba. Pero doy gracias a Dios por la cafeteria. Si he podido sobrevivir es por la suerte de que hubiera tantas y variadas provisiones de salchichas suecas, arenques suecos, salchichas, arenques, zumo de salchichas, cuajada de arenque.. Y qué decir de las ensaladas de salchichas y los montaditos de arenques."

Preguntando el naúfrago acerca de su negativa a pedir ayuda o indicaciones al personal de los almacenes, don Aniceto sólo respondió: "Es que soy un hombre y ya sabe lo que pasa con nosotros, que no nos da la gana de pedir indicaciones. Si hubiera estado mi mujer, otro gallo me hubiera cantado."


Imagen aérea de los planos de uno de los cuartos de baño de los grandes almacenes de decoración.

Durante los siguientes seis meses a su desaparición, don Aniceto consiguió construir un refugio utilizando sólo "una llave allen y unas precisas instrucciones de montaje. La llave allen es un prodigio de herramienta. Con 432 de estas llavecitas he conseguido construir un reactor nuclear que genera una fuerza de corriente alterna que podría iluminar la ciudad de Nueva York durante seis meses seguidos".

Su rescate se produjo la pasada madrugada, cuando la Policía consiguió abrirse paso en una operación que ha llevado tres semanas de planificación. Como aseguró el inspector jefe de la Unidad de Desaparecidos: "Es cierto que nos enfrentábamos a un terreno hostil, pero uno de mis hombres ya había montado un armarito de baño y teníamos fe y confianza en nuestras fuerzas. A don Aniceto lo encontramos bien: deshidratado por tanto arenque salado pero en buenas condiciones."

La Gallina Ilustrada

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A mí no tuvieron que rescatarme las fuerzas policiales porque, como mi condición de fémina exige, yo sí pregunté al único empleado que pude encontrar en 2 kms a la redonda. Este fué muy amable en decirme que todo lo que debía hacer era seguir unas flechas en el suelo y dejarme llevar. Bien, bien, eso comencé haciendo borreguilmente y todo parecía indicar que al final de todo aquel flechaje iba a encontrar un tesoro. ¡Qué bien! -pensé yo- ¡Con lo que me gustó "La isla del tesoro"! Quizás consiga ser una especie de Jim Hawkins. Puede que el premio sea un sofá cama con estampados en malva. No podía resistirme.
La razón de mi andanza de 5 horas con eternos retornos se debió a que yo hacía caso omiso a las flechas y cogía picarescamente los atajos que se van indicando para aquellos que queriendo llegar antes al fin de aquel martirio, lo único que ocurre es que acaban de nuevo en el comienzo. Y encima me quedé sin tesoro.

Bienvenidos a la República Independiente del Laberinto Sueco.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nosotros fuimos en una ocasión a Ikea, pero como ya sabíamos lo de los líos hicimos el viejo truco de Teseo. No obstante fue toda una aventura, y, modestia aparte, rescatamos a dos repartidores de butano con sus bombonas a cuestas (llevaban despistados cinco y siete días respectivamente), a cuatro participantes de una maratón celebrada el domingo anterior y a una dependienta que no sabía salir de no recordamos que sección.
PD. Algunos aseguran haberse encontrado cara a cara con el Yeti en la sección de accesorios de cocina.

Donna Angelicata dijo...

No sé si estaría el Yeti pero yo ví a un matrimonio harapiento que estaban confeccionando el vestido de comunión a su hija (que había sido concebida en una de las camas nido desmontables, y habían decidido llamarle Iki) con los telares de la zona B, pasillo 2. Celebraban el banquete en las mesas de jardín de la zona 8, pasillo 9 (por si a alguno se le antoja asistir, no se precisa invitación y las salchichas están aseguradas)

Anónimo dijo...

¡Caramba, los Domínguez Rulián! Seguro que son los Domínguez, quienes salieron a comprar un sofá hace diez años y nunca más se supo de ellos. Lo contento que va a ponerse su hijo Ramón cuando se entere que tiene una hermana.

Landahlauts dijo...

A un conocido mío le pasó algo parecido: fue a la inauguración de Ikea en Sevilla y jamás volvió. La última vez que lo vieron fue en la sección de edredones nórdicos, y era agosto.
Dejó mujer y dos hijas...
Una lástima.

Unknown dijo...

Ok,,,por lo menos ya sé que si me pierdo en ikea hay lugar donde poder comer para sobrevivir,llevo tiempo con intencién de que mi marido,me lleve

Unknown dijo...

Ok,,,por lo menos ya sé que si me pierdo en ikea hay lugar donde poder comer para sobrevivir,llevo tiempo con intencién de que mi marido,me lleve