jueves, septiembre 27, 2007

La navaja de Occam

"Por supuesto, la concepción ordinaria del Genesis está equivocada de pies a cabeza -dije-. Considerad una sala de billar, por ejemplo. Mentalmente, los otros tres se situaron en una sala de billar. Estábamos sentados en unas destrozadas sillas giratorias del laboratorio del doctor Trotter, pero no suponía problema alguno el convertir las mesas del laboratorio en mesas de billar, los altos soportes circulares en tacos, las botellas de reactivos en bolas y luego disponer limpiamente la cuestión completa ante nosotros.Thetier llegó al extremo de levantar un índice, cerrar los ojos y murmurar por lo bajo:

— ¡Sala de billar!

Como de costumbre, Trotter no dijo nada, pero se puso a acariciar su segunda taza de café.También como de costumbre, el café estaba horrible; aunque lo cierto es que yo era nuevo en el grupo y todavía no se me había encallecido bastante la pared interior del tubo gástrico.

— Ahora considerad el final de una partida de billar de tronera -dije-. Tenéis todas las bolas, menos la del taco, por supuesto, en una tronera determinada…

— Espera un poco -interrumpió Thetier, siempre purista-, ¿no importa en qué tronera con tal de que las pongas en un cierto orden, o…?

— No hace al caso. Terminada la partida, las bolas están en diversas troneras. ¿De acuerdo? Ahora supongamos que entráis en la sala de billar cuando la partida ha termindo definitivamente y observáis tan sólo esa posición final, y luego tratáis de reconstruir el curso que siguieron los acontecimientos. Evidentemente, tendréis cierto número de alternativas.

— Si conoces las reglas del juego, no -objetó Madend.

— Supón que las ignoras por completo -dije-. Puedes suponer que las bolas fueron a parar a las troneras al ser golpeadas por la del taco, la cual, a su vez, recibió el impacto de éste. Esta sería la verdad, pero no es muy probable que se te ocurriese espontáneamente esta explicación. Porque es mucho más probable que supusieras que las bolas habían sido colocadas a mano, una por una, en las respectivas troneras, o que las bolas hubiesen estado eternamente en las troneras tal como las encontraste…"

Tras leer este relato de Isaac Asimov ha sido inevitable no pensar en la navaja de Occam.
A modo introductorio, y sin pretender alcanzar una pedantería propia de una reunión de ex-alumnos de cátedra de musicología comparada, Guillermo de Occam promovió una nueva forma de entender la ciencia al proponer que la mejor hipótesis es la que hace uso de menos postulados. El también llamado Principio de parsimonia (en el sentido de moderación) o de economía fue difundido por Guillermo de Occam a comienzos del siglo XIV. Su enunciado expresa que "non sunt multiplicanda entia praeter necessitatem" aconsejando reducir al mínimo el número de motivos y objetos –en general, de entes- a los que tenemos que recurrir para justificar algo. También implica que en el conjunto de teorías ofrecidas para explicar un hecho hemos de preferir, en general, la más simple.

En el relato de Asimov, tras valorar las dos posibles opciones, según las cuales, dos personas aparecieron, colocaron todas las bolas menos una formando un triángulo; la restante la colocaron en el extremo opuesto de la mesa, y comenzaron a golpearla con estos palos de aquí, empujaron a todas las bolas, siguiendo un conjunto de reglas estrictas, haciéndolas chocar unas con otras, introduciéndolas así una a una en los agujeros, y turnándose en el golpeo según se desarrollaba el juego y, la segunda opción: las bolas han estado ahí siempre, la conclusión a la que occamianamente se llegaría sería esta última.

Pensemos, análogamente, en como los creacionistas hacen uso del pobre Occam, en este caso, para sustentar la idea de un Creador o Diseñador inteligente (¿quién diseñó al diseñador?) frente a la teoría evolucionista (y yo me pregunto si es más fácilmente asumible la primera que la segunda). Aunque eso es otra historia (tal y como apuntó míticamente Billy Wilder en "Irma la dulce")

Como siempre, el genial Chesterton acudirá agudamente en mi ayuda para establecer una hermosa coda con sus palabras:

"Es más fácil creer en lo imposible que en lo improbable
". Chesterton

domingo, septiembre 23, 2007

Bahaudin y el caminante

Bahaudin el-Sah, gran maestro de los derviches Naqshbandi, encontró un día a un compañero en la gran plaza de Bujara.
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El recién llegado era un kalendar errante de los Malamati, los "Censurables". Bahaudin estaba rodeado por sus discípulos.
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"¿De donde vienes?", le preguntó al viajero, con la expresión sufí habitual.
"No tengo ni idea", dijo el otro, riendo estúpidamente.
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Algunos de los discípulos de Bahaudín murmuraron su desaprobación por esta falta de respeto.
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"¿Adónde vas?", prosiguió Bahaudin.
"No sé", gritó el derviche.
"¿Qué es el Bien?"
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Para entonces ya se había reunido una gran multitud.
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"No lo sé"
"¿Qué es el Mal?"
"No tengo ni idea"
"¿Qué es lo correcto?"
"Todo lo que es bueno para mí"
"¿Qué es lo equivocado?"
"Todo lo que es malo para mí"
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Las gentes, agotada su paciencia e irritada por este derviche, lo apartaron. Éste se fue caminando decididamente a grandes pasos en una dirección que no llevaba a ninguna parte, muy lejos.
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"¡Idiotas!", dijo Bahaudin, "este hombre estaba representando el papel de la humanidad. Mientras vosotros le despreciabais, él estaba mostrando deliberadamente la falta de atención que todos vosotros mostráis, de forma inconsciente, todos los días de vuestras vidas".

jueves, septiembre 20, 2007

Epitafios divertidos

NO ME LLAMEN AGORERA:

Ahí van:

- Aquí yace alguien que mejoró nuestras vidas (muriendo)

- Ahora DE VERDAD, ¡no me importa!

- Siempre les he llevado ventaja.

- El dinero lo dejé debajo del...

- Si queréis los mayores elogios, moríos. Jardiel Poncela

- I am Providence. H.P Lovecraft

- Ocho horas con fiebre, ¡Me habría dado tiempo a escribir un libro!. Honore de Balzac

- Si no viví más fué porque no me dió tiempo. Marqués de Sade.

Y mi preferido:

- ¿Otra vez por aquí?. Debes ser necrófilo.

Seguramente tendrán decenas de epitafios dignos de aparecer en esta lista. Si es así, y logran no poner aquel que suele atribuirse a Groucho Marx, les obsequiaré con otro genial premio, que ni siquiera el Sr. Anónimo será capaz de rechazar.

miércoles, septiembre 19, 2007

Premio Blog Solidario


El blog Hijos de la Logse ha tenido el increible detalle de otorgarme un premio. ¡Un premio de solidaridad! ¡A mí!. Claro, la sorpresa ha sido monumental, como podrán suponer. Este es el premio menos procedente que se conoce desde que Judas Iscariote ganó el premio al mejor discípulo el año 31 a.C.
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Pero lo acepto y lo muestro gustosa. No había recibido un premio desde 1992 por mis trabajos escolares, "Dos menos tres: diversión negativa" y "La desaparición de la nuca del presidente".
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Reitero las gracias, aunque no me queda muy claro que tengo que hacer a partir de ahora. Seguiré mecánicamente las instrucciones que me habeis dado; eso sí no me pidais que vaya a una clase de psicología o que dirija una opera ligera. Bueno, seguro que no era vuestra intención.
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Allá van mis premiados:
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Nota: Querría otorgarles también este delicioso premio a mis queridos Sr. Anónimo y Liuva, pero mi sentido arácnido me dice que no deben tener blog, cosa que lamento mucho. ¡Qué demonios! Por la potestad que me ha sido dada en esta web, os doy el Premio a .... Bueno, a lo que ustedes quieran. Ya saben que se lo merecen. Hoy parece que sí hago honor a mi premio.
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Felicidades a todos.
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Las reglas para este galardón son:
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1.- Escribir un post mostrando el PREMIO y citar el nombre del blog que te lo regala y enlazarlo al post que te nombra (de esta manera se podrá seguir la cadena).
2.- Elegir un mínimo de 7 blogs que creas que se han destacado alguna vez por ayudar, apoyar y compartir. Poner sus nombres y los enlaces a ellos (avisarles).
3.- Opcional. Exhibir el PREMIO con orgullo en tu blog haciendo enlace al post que escribes sobre él y lo otorgas a otros.

viernes, septiembre 14, 2007

El hombre superior

-¡Oh! ¡Qué hombre superior! -decía aún Cándido entre dientes- ¡qué gran genio este Pococurante, no hay nada que llegue a gustarle!. Ahora sí, tenéis que concederme que hemos conocido al más feliz de todos los hombres, pues está por encima de todo lo que posee.

-¿Pero no veis que esta hastiado de todo lo que tiene?. Platón dijo que los mejores estómagos no son los que vomitan todos los alimentos.

-Pero, ¿acaso no hay un placer en criticarlo todo, en advertir defectos allí donde los demás hombres creen ver bellezas?.

-Es decir- replicó Martin- que hay un placer en no tener placer, ¿no es eso?.

("Cándido o el optimismo". Voltaire)


¿Qué pensáis queridos amigos?, ¿Es posible alcanzar un modo de vida placentero mediante una existencia que niegue el propio placer y se entregue por completo al letargo?. ¿Acaso puede la nada conducir al todo?. Yo, desde luego, no imagino una vida plenamente satisfactoria sin la existencia de ciertas cosas tales como Jardiel Poncela, los diccionarios de sinónimos y antónimos o las palabras esdrújulas.
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No sé a ustedes, pero sinceramente, con el aprecio que les tengo, no me gustaría que cuando caminasen por la calle y se cruzaran con un señor vistiendo invariablemente al uso de un dandi decimonónico, luciendo fular, zapatos de charol blanco y un monóculo sin graduación (que no se quitaría ni en la intimidad del retrete) dijera para su interior: "Ahí va una acémila, pobre diablo".

miércoles, septiembre 12, 2007

Aplacar al monstruo mediante migajas

Es curioso como releyendo algunos pasajes de la autobiografía de Groucho Marx, se puede terminar escribiendo una entrada sobre algo por completo ajeno al asunto que inicialmente se hubiera tenido en la cabeza para hoy. Pero así es la vida, cambiante y digresiva, como Liuva sabe. La ingeniosa frase (no podía no serlo) de Groucho que me ha conducido inexorablemente al tema que más adelante expondré, ha sido la siguiente:

"(...)Los resultados de sus apreciaciones eran tan aproximadamente exactos como las predicciones de Chamberlain sobre Hitler." ("Groucho y yo").


Efectivamente, el foco de atención es hoy Neville Chamberlain y su así llamada, Política de Apaciguamiento.

Puede que este belicoso tema sorprenda a los lectores, que habituados al estilo ligero, grácil e ingrávido de este blog, se queden absortos ante el denso cambio que están a punto de experimentar. Bien, ya quedan avisados por si alguno sufre del corazón (no en sentido romántico, o también, no sé).

Me gustaría insertar como comienzo la espléndida y conocida frase de Churchill, que en realidad resume prácticamente todo, y puede que incluso me libre de tener que decirles nada más:

"Os han dado a elegir entre la indignidad y la guerra; habéis elegido la indignidad, pero tendréis también la guerra". " (Winston Churchill).

En fin, como no quiero parecer perezosa y les quiero causar una buena impresión, transcribiré algo más de este pacífico personaje.

Neville Chamberlain fué Primer Ministro del Reino Unido de 1937 a 1940, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Fué conocido por la "Política de Apaciguamiento"("Appeasement") que llevó a cabo tras reunirse con Hitler en 1938 y, junto con Francia e Italia, firmar el llamado Pacto de Munich. En el desempeño de su cargo, su principal objetivo fué evitar una guerra europea por encima de todo. El acuerdo resultante de dicho Pacto, implicaba la aceptación por parte británica y francesa de las demandas territoriales del dictador alemán Adolf Hitler consistentes en la cesión de los Sudetes, una región de Checoslovaquia, limítrofe con Alemania en la que residía una importante minoría de población alemana.

Gran Bretaña y Francia que, tras los horrores de la Primera Guerra Mundial, deseaban evitar una nueva guerra a cualquier precio, cedieron ante Hitler a cambio de que éste se comprometiera a no exigir la soberanía sobre más territorios europeos. Pero esto es como pactar con el lobo. Hitler olió debilidad y sucedería lo inevitable.

A su regreso a Inglaterra, Chamberlain declaró que había asegurado la paz en aquella hora convulsa de Europa. Chamberlain agitó el famoso documento que recogía el pacto, fué vitoreado como un héroe de la paz, el diálogo y el entendimiento y proclamó que se había alcanzado "La paz de nuestro tiempo". En cambió, a Churchill se le reprochó su tenso semblante. Chamberlain había aceptado las garantías ofrecidas por Hitler para mantener el equilibrio europeo. Era el año 1938. Al poco, todo cambió.

Alemania invadió Polonia en septiembre de 1939. Chamberlain reconoció el fracaso de su política y prometió su apoyo a Polonia. El periodo de la política de apaciguamiento concluyó el 31 de marzo de 1939, cuando el gobierno británico, en respuesta a las nuevas demandas alemanas, garantizó la seguridad de Polonia de forma unilateral y declaró la guerra a Alemania. Churchill sucedía a Chamberlain tras su dimisón y tomaba el mando. Comenzaba, con otras muchas causas, la Segunda Guerra Mundial.
Según cuenta Churchill, «Chamberlain pensaba que tenía una especial percepción del carácter de Hitler y el poder de medir con astucia los límites de la acción de Alemania".

Casi setenta años después, esta parte de la historia nos resulta extrañamente familiar. Me pregunto, cuándo y dónde la habremos presenciado. Análogamente, en esta nueva historia también se ha querido aplacar al monstruo mediante migajas. Pero, como ya se ha dicho, el monstruo lo quiere todo.

martes, septiembre 11, 2007

Back to you

Por fin regresa a las pantallas mi idolatrado Kelsey Grammer. Lamento que no sea encarnando una temporada más al genial Frasier (sin menospreciar a su no menos genial hermano, Niles), pero confiemos en la sabiduría de los guionistas para dar un papel digno a este gran actor. (El éxito de Frasier fue tal que les dedicaron una parodia en Los Simpson, pues dos personajes están inspirados en los hermanos mediáticos, el Actor Secundario Bob y su hermano. Incluso ellos los doblan en la versión original, por lo que Grammer consiguió dos Emmys más)

“Back to you” es una nueva comedia ambientada en una cadena local de televisión y la historia gira en torno al reencuentro de dos populares presentadores que se detestan pero deben trabajar juntos. Kelsey Grammer interpreta a Chuck Darling y Patricia Heaton interpreta a Kelly Carr, dos presentadores de noticias de los años 90 en la localidad de Pittsburgh.

Por lo que parece, Chuck es un mujeriego, actitud que casa muy poco con el anterior trabajo de Grammer en Frasier, pues precisamente su torpeza y total inhabilidad con las mujeres era una de las características más notables y divertidas del personaje.

Martin (padre de Frasier): ¿De qué trata el libro?
Frasier: No es importante.
Daphne: Trata sobre su primera vez
Frasier: Gracias, Daphne.
Niles: Tu primera vez, ¿haciendo qué?
Frasier: ¡Cambiando una rueda!
Niles: ¡Oh!
Martin: Ah, así que este libro va sobre la noche que concebiste a Frederick.
Frasier: Muy gracioso, Papá. Te haré saber que esa no fué mi primera vez.
Martin: Oh, bueno, me alegra saber que esa no fué tu única vez.

Daphne le echa en cara a Frasier que los hombres también usan el sexo para conseguir sus fines.
Frasier: "¿Cómo vamos a usar el sexo para conseguir lo que queremos, si lo que queremos es sexo?"

Frasier poseía un humor refinado, sarcástico, y una acerada capacidad irónica que caricaturiza de un modo magistral la alta burguesía y la intelectualidad liberal norteamericana.

Frasier: ¿Conoces la expresión "Vivir bien es la mejor venganza"?
Niles: Maravillosa expresión. Solo que no sé hasta que punto es cierta. No se ve que aparezca en muchas tramas de ópera. "Ludwig, enloquecido por el veneno de toda su familia, tomó su venganza sobre Gunther.... viviendo bien"

Niles: ¿Qué es eso? ¿Lluvia?
Frasier: No, ¡Es Dios llorando!
Niles: Era una simple pregunta.
Frasier: ¿Acaso haces de otro tipo?
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Aquí un pequeño adelanto del nuevo trabajo del doctor Frasier Crane, quiero decir, Kelsey Grammer.
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Adelante, te escuchamos:












viernes, septiembre 07, 2007

De lo sublime

“Que estemos aquí es la prueba de que deberíamos estar aquí." Ralph Waldo Emerson.

En efecto, aquí estoy, y emersonianamente me gusta pensar que es aquí donde debería estar. Gracias por la paciente espera.

Tras una intensa y elevada contemplación clasicista, me sorprendí a mi regreso preguntándome acerca del significado del término “Sublime” puesto que en muchas partes lo leí, pero nadie supo aclararme en qué consistía dicha sublimidad. Fué entonces cuando descubrí a Longino. Al principio temí que fuese uno de esos poetas como hay tantos, que han expulsado de la tierra a la poesía; uno de esos ensartadores de perlas falsas que solo ven en el mundo la última sílaba de las palabras y cuando riman "alma" con "calma", "llama" con "trama" y "Dios" con "vos", ya se creen los pilares que permitirán a las esferas cumplir su revolución. Longino, define así este término motivo de mis desvelos (por otra parte, según parece, el texto se atribuye erróneamente a este autor, pero no entraremos en esas menudencias propias del Sr. Anónimo, pues para eso ya está él):


Sublime: “Una belleza extrema, capaz de arrebatar al espectador a un éxtasis más allá de su racionalidad o incluso de provocar dolor por ser imposible de asimilar”.


Según Longino, hay cinco caminos distintos para alcanzar lo sublime:

-Grandes pensamientos
-Emociones fuertes
-Ciertas figuras del habla y de pensamiento
-Dicción noble
-Disposición digna de las palabras.

En general, Longino describe lo sublime como una elevación en el lenguaje y los grandes poetas y prosistas, de esta forma y no de otra, alcanzaron los más altos honores y vistieron su fama con la inmortalidad


Se adelantan ejemplos de lo que no es un estilo elevado y se describen los vicios en los que se incurren aquellos que no saben usar en el momento oportuno ciertas expresiones, con lo que consiguen resultados contrarios al fin propuesto. La causa sería el deseo inmoderado de novedad intelectual, que es lo que, sobre todo, domina a su generación, para terminar diciendo que va intentar hacerse una idea clara de lo que en verdad es lo Sublime, objeto difícil de alcanzar por ser el resultado e una larga experiencia.

Pues el lenguaje sublime conduce a los que escuchan no a la persuasión sino al éxtasis. Ya que en todas partes lo maravilloso, que va acompañado de asombro, es siempre superior a la persuasión y lo que solo es agradable.

“...Nuestra alma se ve por naturaleza transportada en cierto modo por la acción de lo verdaderamente sublime, y ,adueñandose de ella un cierto orgullo exultante, se llena de alegría y de orgullo, como si fuera ella la autora de lo que ha escuchado. Cuando un hombre sensato y versado en la literatura oye algo repetidamente y su alma no es transportada hacia pensamientos elevados, ni al volver a reflexionar sobre ello tampoco queda en su espíritu más que meras palabras, que, si las examinas cuidadosamente, se convierten en algo insignificante, entonces se puede decir con toda seguridad que no es algo verdaderamente sublime, ya que solo se conservó mientras era escucado. Pues, en realidad, es grande solo aquello que proporciona material para nuevas reflexiones y hace dificil, más aún imposible, toda oposición y su recuerdo es duradero e indeleble. En un palabra se considera hermoso y verdaderamente sublime aquello que agrada siempre a todos. Pues, cuando personas de diferentes costumbres, vidas, aficiones, edades y formas de pensar tienen una opinión unánime sobre la misma cosa, entonces este juicio y coincidencia de espíritus tan diversos son una garantía segura e indudable en favor de lo que ellos admiran...”

Nos parecerá, probablemente, hoy, que esta garantía de la que se nos habla al final es poco fiable, resulta engañosa, ficticia. Al contrario, nos mostramos huidizos y escépticos ante el llamado "gusto común", puesto que no es más que eso, común, pero ¿qué puede tener de sublime algo así?. Lo que todos proclaman, alaban y adulan se convierte de inmediato en algo mediocre. Cuesta tanto encontrar algo verdaderamente valioso, hermoso, ¡sublime!, en este mundo, que no, no puede estar tan a la vista, contemplado por todos. Toda pequeña luz atrae tantas mariposas y todo tesoro tantos ladrones... Amo a esos silenciosos que llevan su idea a la tumba y no la entregan a los besos indecentes ni al impúdico tacto de la muchedumbre. Me agradan los enamorados que no escriben el nombre de su amada en la corteza de los árboles ni lo confían a ningún eco, y que al dormir son perseguidos por ese miedo a pronunciarlo.