viernes, junio 26, 2009

Der Ring des Nibelungen. Richard Wagner. Palau de les Arts (Valencia)

"Si pasó como un soplo la estirpe de los dioses;
si dejó al mundo de nuevo sin señor,
también reveló al mundo el tesoro de mi divina sabiduría:
Ni bienes, ni oro, ni la pompa de los dioses.
Ni palacios, ni dominios, ni la ostentación de los amos.
Ni los engañosos lazos de sombríos pactos.
Ni la dura ley de hipócritas costumbres...
Dejad que, en el dolor y en la alegría, exista sólo....

.... El amor".

Es increíble como resonó en mi alma este final, este apoteósico y colosal final de la inmensa tetralogía wagneriana el pasado domingo en el Walhalla, perdón, en el Palau de les Arts de Valencia. Estas hermosas palabras pusieron fin a cuatros años consecutivos de óperas desde que allá por el 2006 se estrenara el prólogo de esta obra, El Oro del Rin, y éste, terminara, lógicamente con El Ocaso de los Dioses. Me habría fascinado asistir al ciclo completo de las cuatro óperas que también se representaba este año (más bien dos ciclos, en dos semanas), pero no ha sido posible, he tenido que conformarme con ir a ópera por año. Aún así, es un enorme privilegio. Ha sido una experiencia indescriptible, algo tan espiritual, romántico, épico, heroico, resplandeciente, algo imperecedero, algo único que siento tantos sentimientos contradictorios. Por una parte tremenda lástima de que haya terminado, y por otra un gran placer, una especie de relajamiento del alma por haber asistido a tanta belleza. Pienso en mí como en un antes de Wagner y un después, un antes de esta historia monumental y un después.




Si además convenimos con gran parte de la crítica que asegura que nos encontramos ante el mejor Anillo de la historia, gracias a la batuta del Maestro Zubin Mehta y la bárbara escenografía que ha logrado La Fura dels Baus (con el Sr. Carlus Padrissa al frente, al cual fuí a ver, por cierto, a una conferencia suya la semana pasada), la satisfacción y gratitud es mucho mayor. Pese a mi nulo entendimiento en estos aspectos de diferentes versiones y producciones, parece que se afirma que esta producción podría aproximarse bastante a la idea que tenía Wagner de aquello que denominaba Gesamkunstwerk u Obra de Arte Total. La conjunción perfecta y armónica de todas las artes, música, teatro y artes visuales. Y esta producción tiene eso, las artes visuales especialmente están elevadas a su máximo nivel.



Si les estoy dando mucha envidia, no sufran, queridos amigos, pues este próximo mes de Noviembre saldrá en dvd (¡y blu ray!) esta Tetralogía, este Anillo de Valencia que tanto ha ennoblecido mi alma.

domingo, junio 21, 2009

Sesenta años de "El manantial"

Se cumplen sesenta años de la película de King Vidor, "El manantial", basada a su vez en la novela homónima de Ayn Rand.

Como dice Santiago Navajas hoy en su artículo de Libertad Digital: "En este caso, la lógica de Rand es implacable, y el discurso final de Roark, seis minutos que fueron duramente defendidos por Rand contra los productores y el mismo director, que querían reducirlo para hacerlo más comprensible para el público-masa, sigue siendo una de las piezas clave de la argumentación liberal contra cualquier tipo de colectivismo, sea de derechas (conservadurismo) o de izquierdas (socialismo)".

"Ni el dinero, ni la fama, ni gratitud, ni nada que la sociedad pueda darte. La autorrealización basta".

martes, junio 16, 2009

Confianza

Aunque me duele de verdad (el Sr. Anónimo habría dicho que un estúpido diría "en el alma", supongo que esto me convierte en una estúpida indirecta, o más bien indirecta-indirecta) fastidiarles el fascinante cenáculo que mantienen sobre el libertino, como cualquier abuela nuestra, Boswell, supongo que en algún momento habrá que (otro estúpido habría dicho "pasar página") cambiar de asunto. Y si les fastidia, pues se aguantan, y además, siempre pueden continuar el debate (Dios no lo quiera) en esta entrada ya que yo, como ser benevolente y manifiestamente magnánimo, no les aporreo ni les expulso de clase. Son ustedes peor que un dolor de muelas, pero me pregunto que haría yo si no estuvieran (lo lamento, no nací para el zalameo)

Bueno, lo dicho, les dejo un pequeño texto que he leído hoy para que hablen sobre la cría del mejillón en los Pirineos, las guerras púnicas o como amamantan las hienas.

"Dos tortugas iban muy sedientas arrastrándose por el desierto. Al cabo de un tiempo descubrieron una botella grande de coca-cola (debían de ser norteamericanas). Saltaron de alegría, pero enseguida se dieron cuenta de que no tenía abridor. Lo intentaron con todas sus fuerzas, pero no había manera de abrir la botella, así que decidieron que una volvería al pueblo y la otra vigilaría la botella. Pasó mucho tiempo -cinco horas, diez horas, un día, dos días, cinco días, siete días-. Entonces la tortuga que vigilaba volvió a intentar abrir la botella. Inmediatamente la otra tortuga salió corriendo de entre las dunas cercanas gritando: "Si empiezas así, nunca me iré".

OSHO.

miércoles, junio 10, 2009

Feeling good

Una vez me dije que cuando volviera a este estado de ánimo, publicaría este tema.




Birds flying high
You know how I feel
Sun in the sky
You know how I feel
Breeze driftin' on by
You know how I feel

It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me
And I'm feeling good

Fish in the sea
You know how I feel
River running free
You know how I feel
Blossom in the trees
You know how I feel

It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me
And I'm feeling good

Dragonfly out in the sun you know what I mean, don't you know
Butterflies all havin' fun you know what I mean
Sleep in peace when the day is done
And this old world
is a new world
and a bold world
For me

Stars when you shine
You know how I feel
Scent of the pine
You know how I feel
Oh freedom is mine
And you know how I feel

It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me

And I'm feeling good

viernes, junio 05, 2009

La Morsa y el Carpintero (Lewis Carroll)

"¡Brillaba el sol sobre la mar!
Con el fulgor implacable de sus rayos
se esforzaba, denodado, por aplanar
y alisar las henchidas ondas;
y sin embargo, aquello era bien extraño
pues era ya más de media noche.

La luna rielaba con desgana
pues pensaba que el sol
no tenía por qué estar ahí
después de acabar el dia...
¡Qué grosero! -decia con un mohín,
¡venir ahora a fastidiarlo todo!

La mar no podía estar más mojada
ni más secas las arenas de la playa;
no se veía ni una nube en el firmamento
porque, de hecho, no habict ninguna;
tampoco surcaba el cielo un solo pájaro
pues, en efecto, no quedaba ninguno.

La morsa y el carpintero
se paseaban cogidos de la mano:
lloraban, inconsolables, de la pena
de ver tanta y tanta arena.
¡Si sólo la aclararan un poco,
qué maravillosa sería la playa!

Si siete fregonas con siete escobas
la barrieran durante medio año,
¿te parece -indagó la morsa atenta-
que lo dejarían todo bien lustrado?
-Lo dudo- confesó el carpintero
y lloró una amarga lágrima.

¡Oh ostras! ¡Venid a pasear con nosotros!
requirió tan amable, la morsa.
Un agradable paseo, una pausada charla
por esta playa salitrosa:
mas no vengáis más de cuatro
que más de la mano no podríamos.














Una venerable ostra le echó una mirada
pero no dijo ni una palabra.
Aquella ostra principal le guiñó un ojo
y sacudió su pesada cabeza...
Es gue quería decir que prefería
no dejar tan pronto su ostracismo.
.
Pero otras cuatro ostrillas infantes
se adelantaron ansiosas de regalarse:
limpios los jubones y las caras bien lavadas
los zapatos pulidos y brillantes;
y esto era bien extraño
pues ya sabéis que no tenían pies.

Cuatro ostras más las siguieron
y aún otras cuatro más;
por fin vinieron todas a una
más y már y más... brincando
por entre la espuma de la rompiente
se apresuraban a ganar la playa.

La morsa y el carpintero
caminaron una milla, más o menos,
y luego reposaron sobre una roca
de conveniente altura;
mientras, las otras las aguardaban
formando, expectantes, en fila.












-Ha llegado la hora -dijo la morsa-
de que hablemos de muchas cosas:
de barcos... lacres... y zapatos;
de reyes... y repollos...
y de por qué hierve el mar tan caliente
y de si vuelan procaces los cerdos.

-Pero ¡esperad un poco!- gritaron las ostras
y antes de charla tan sabrosa
dejadnos recobrar un poco el aliento
¡que estamos todas muy gorditas!
-¡No hay prisa!- concedió el carpintero
y mucho le agradecieron el respiro.

-Una hogaza de pan -dijo la morsa-,
es lo que principalmente necesitamos:
pimienta y vinagre, además,
tampoco nos vendrán del todo mal...
y ahora, ¡preparaos, ostras queridas!,
que vamos ya a alimentarnos.

-Pero, ¡no con nosotras!- gritaron las ostras
poniéndose un poco moradas;
-¡que después de tanta amabilidad
eso sería cosa bien ruin!
-La noche es bella -admiró la morsa-
¿no te impresiona el paisaje?

-¡Qué amables habéis sido en venir!
iY qué ricas que sois todas!
Poco decía el carpintero, salvo
-¡Córtame otra rebanada de pan!,
Y ojalá no estuvieses tan sordo
que, ¡ya lo he tenido gue decir dos veces!

-¡Qué pena me da -exclamó la morsa-
haberles jugado esta faena!
¡Las hemos traído tan lejos
y trotaron tanto las pobres!
Mas el carpintero no decía nada, salvo
-¡Demasiada manteca has untado!

-¡Lloro por vosotras!- gemía la morsa.
-¡Cuánta pena me dais!-- seguía lamentando
y entre lágrimas y sollozos escogía
las de tamaño más apetecible;
restañaba con generoso pañuelo
esa riada de sentidos lagrimones.


-¡Oh, ostras!- dijo al fin el carpintero.
-¡Qué buen paseo os hemos dado!,
¿os parece ahora que volvamos a casita?-
Pero nadie le respondía...
y esto sí que no tenía nada de extraño,
pues se las habían zampado todas."


Pues creo que al final sí me ha quedado una entrada larga...