"Fuera todo estaba inmóvil y reinaba el frío. En el interior de la sala temblaba un mundo de música apasionada. En los movimientos lentos el director Josep Vicent parecía acariciar con sus manos el fluir de un suave vestido. Sin embargo, en los pasajes más rápidos, fue como si descargara el contenido de la orquesta como una ametralladora”.
Ayer por la tarde asistí a un concierto en el Palau de la Música. Se trataba de fragmentos de "West Side Story" de Leonard Bernstein y La sinfonía nº 9 en Mi menor, op. 95 "Del nuevo mundo" de Antonin Dvorák interpretados por la Orquesta de Valencia y con un joven Josep Vicent a la batuta.
La interpretación de ambas fué maravillosa pero sin duda la que deslumbró fué la novena de Dvorák. La sinfonía del nuevo mundo es de las piezas más conocidas del compositor checo. Fué escrita durante una de sus estancias en Estados Unidos cuando fué invitado para la celebración del cuarto centenario del descubrimiento. Dvorák quedó fascinado por la música nativa americana y como consecuencia la melodía evoca danzas rituales indias o cantos espirituales afroamericanos.
El danzante tema del Allegro del primer movimiento, la exquista dulzura del segundo, con el corno inglés tocando la pieza más celebre, el tercero transmitiendo la idea de los bailes de los indios afroamericanos y... el espectacular cuarto movimiento con la combinación de los dos temas en la coda. ¡Menudo final!
Por lo visto, en contra de la sabiduría convencional, influyó más el checo sobre América que ésta sobre el músico. Por lo tanto, Dvorák no sólo sería el exponente del nacionalismo de su propio país sino que habría inventado uno para el nuevo continente.
En definitiva, cuarenta minutos en los que uno deja de ser espectador pasivo para dejar que los voluptuosos, abruptos pero también deliciosos sonidos le trasladen esplendorosamente a ese ansiado nuevo mundo.
4 comentarios:
Sin duda es preferible la Sinfonía del Nuevo Mundo a la cacofonía de la vieja ciudad. Y este comentario que parece absurdo, sin duda lo es.
¡Bravo por el señor Dvorak! ¡Dvorak-me otra vez!
Con la Nuevo Mundo se sale de la tierra y asi lo supo ver Kubrick con su pelicula "Vuelo 2001, una odisea en el espacio". No me extraña que te transformaras mentalmente durante su audición y que bajaras a la tierra para identificarte mas con ese genial Bernstein que nos transformó el "Romeo y Julieta" en una historia del lado Oeste de New York donde los capuletos y los montescos son los rokers y los chicanos, y en medo ese gran amor y esa fabulosa Maria.
Enhorabuena por tu buen gusto
Un beso
Pues nosotros estuvimos hace unas semanas deleitándonos con “El lago de los cisnes está cerrado por reformas,” el único inconveniente es que tuvimos que asistir con un casco de obra de polietileno de alta densidad, lo que nos ha producido una pequeña urticaria en el cuero cabelludo.
Para una vez que hago gala de mi seriedad... Está bien, que sea la última vez.
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