martes, junio 19, 2007

Las aventuras del Señor Peppys

Un súbito estruendo despertó al Señor Peppys de su letargo, haciéndole caer inevitablemente de la cama.

-¡Caramba! ¡Por poco me parto la crisma!

Por lo que pudo intuir, el ruido provino de la parte trasera del jardín, allá donde guardaba su colección en miniatura de armamento militar de la Segunda Guerra Mundial.
Se dispuso a averiguar la causa de su inquietud y se desplazó reptando entre la maleza hasta la puerta trasera (maldijo mientras tanto al jardinero, para que el camino se le hiciera más corto).
La imagen del Señor Peppys habría producido una inevitable perplejidad a cualquier caminante que hubiera pasado por los alrededores, no sólo por su reptil posición sino porque nuestro valeroso protagonista iba ataviado con un camisón de seda, una única pantunfla y llevaba un salmón noruego que haría las veces de arma arrojadiza en caso de necesidad. Pero como eran las cinco y siete minutos de la mañana, se libró por los pelos de la mofa ajena.

-¡Adelante! - se decía para animarse.

De repente, el estruendo que había escuchado inicialmente dió paso a una especie de sollozo semejante al que emite un cerdo cuando encuentra una col.

-¡Diantres!, ¡Será posible!- y mientras decía esto, el Señor Peppys tropezó aparatosamente con un bulto baboso que soltaba una mucosidad verduzca tan solo vista en niños de dos meses.

-¿Qué... qué... qué... es esto? - a este punto, podría considerarse que el Señor Peppys había adquirido la habilidad de mimetizarse con el ambiente y todo su cuerpo se recubrió de la misma capa babosa que el misterioso bulto. Quizás tuviera la voluntad de engañar a su predador haciéndole creer que en realidad era un alga marina. El Señor Peppys era muy conocedor de las técnicas estratégicas de camuflaje.

-¡Demonios! ¡Sólo a mí pueden ocurrirme estas desgracias!. ¡Este bicho infecto es algo grotesco!...

-Disculpe, caballero -interrumpió ofendido el infecto- agradecería un poco de respeto, ya tengo bastante con que me haya arreado una patada de aúpa.

-Pero.. pero.... ¿estoy soñando acaso?. ¡¡Oh, ah!! Bueno.... siento lo de la patada pero usted me ha dejado en un estado mucoso digamos poco agradable. ¿Qué demonios es usted? Así que efectivamente hay vida paranormal, ya se lo decía yo a la Señora Thunderhot, ¡ja!, menudo disgusto se va a llevar. Venga, venga por aquí, le ofreceré té caliente y pastas escocesas.

-Paranormal lo será usted. He venido porque tengo una misión importante. Me han expulsado de mi planeta y quiero terminar cuanto antes con este tostón.

-Oiga sin faltar, que el que está invadiendo el jardín del otro es usted y el que me ha llenado de mocos también. ¿Es que ustedes cumplen todos los clichés sobre los extraterrestres? ¿También tiene antenas? ¡Qué barbaridad!. Retomando un poco el hilo. ¿Por qué le han expulsado?


- ¿Conoce usted el caso de la niña Kaspiana?

- No, y su jerga comienza a extrañarme. -dijo el Señor Peppys ansioso de apartar la conversación de unos derroteros tan subjetivos.

- Le explico. En las noticias dicen que hay una niña que tiene la habilidad mental de contactar con nosotros y establecer comunicaciones satisfactorias.

-¡Ah! ¿Pero cómo de satisfactorias?. A mí sólo me satisfacen los bollitos de dulce de leche y alguna mujer mayor de 32 años.

- Pues bien, todo es falso. En realidad se trata de una niña con muy malas artes cuya mayor ilusión es exterminar toda vida extraterrestre.

- Todos hemos tenido esa ilusión alguna vez.

- ¡Déjese de mondongas!

- Perdón, no hablo portugués.

- ¡Ha de ayudarme a matar a esa niña del demonio!

-Ah no, por ahí no paso -dijo el Señor Peppys señalando una pequeña rendrija que había en la alcantarilla.

- Hasta que no me deshaga de ella no podré volver a mi planeta. Nosotros desconocemos por completo el modo vital terrícola, así que no sé como actuar.

- ¿Me ha tomado por un actor?. Usted además de mucoso, es un insolente. Lo que es más, ¡es un insolente mucoso!

- Caballero, lo último que pretendo después de 70.000.000 millones de años luz de trayecto es ofenderle , y mucho menos después de 2 minutos de trato con usted en los que me ha dado tiempo a apreciar que tiene usted unas reacciones muy peculiares.

- Si lo que está diciendo entre líneas es que quiere beneficiarse a mi prima, lamento decirle que la lleva usted clara.

- Pero yo.. yo... no..

-Además, mi prima es muy posesiva. Como el mi, el nuestro o el tuyo. De hecho quería que la llamara MI todo el tiempo. Y a veces le hacía bromas, le llamaba Fa o Do, pero nunca la vi reírse.

- No me refería a...

- No intente confundirme, sé distinguir perfectamente cada palabra.


FIN.

5 comentarios:

Orestes (Ex Al) dijo...

Tienes un sentido del humor que te envidio porque, lagicamente, lo expresas mmuy bien literariamente.
Eres digna heredera de Jardiel, Mihura o nuestro fernandez Florez. No me extraña que los hadmires-.
Este relato de hoy es mágnifico y digno de haber salido en aquella revista "la codorniz" de hace muchos años.
Lo único que no me cae bien es que me sigas tratando de usted. Que yo tambien, mentalmente, soy un joven como tu
Un beso cariñoso

Anónimo dijo...

Pues nosotros estuvimos hace unas semanas deleitándonos con “El lago de los cisnes está cerrado por reformas,” el único inconveniente es que tuvimos que asistir con un casco de obra de polietileno de alta densidad, lo que nos ha producido una pequeña urticaria en el cuero cabelludo.

Anónimo dijo...

Pedimos mil quinientas veintidós disculpas por haber ubicado erróneamente nuestro comentario.
No hace falta que nos otorgue 1.522 perdones, con uno nos basta.

Donna Angelicata dijo...

Les perdono, les perdono (no sé por qué hablo en plural, ¡ah! será porque usted lo hace; espero que no sea un plural mayestático)

Anónimo dijo...

No es mayestático, es natural. Suponemos que habrá deducido rápidamente, estimada mujer angelical, que es porque somos varios.