miércoles, octubre 10, 2007

Homenaje se escribe con jota

Esta tarde, de vuelta a casa, he estado paseando hasta el lugar en el que inusitadamente tenía aparcado hoy el coche. El tiempo era suave, el cielo no dejaba entrever ningún aspecto sombrío ni amenazador. La soledad en estas circunstancias inspira infinitos pensamientos voluptuosos que el torbellino del mundo dispersa o se lleva de aquí para allá.

Mientras caminaba pensaba que el otoño también había llegado para mí, y que el radiante verano había pasado para no volver, pese a lo cálido del día. Este espectáculo de la estación que muere me ha producido una gran impresión. Pensaba que el tiempo huye rápido y que podría morir -sí, no soy anciana pero tampoco inmortal- sin haber alcanzado algo realmente valioso.

Pero, para mi propio asombro y eterna perplejidad, esos mismos turbios pensamientos se han reconducido en cuestión de milésimas hacia.... ¡mis granujas y bergantes compañeros! ¡Qué divertido y encantador es todo lo que declaman!. Lo que dice Theophile Gautier en su "Madmoiselle de Maupin" podría haberlo expuesto de manera idéntica de ustedes, galopines:

"Hablan sin apresurarse, sin gritar, como personas de buen tono que conceden gran importancia a lo que hacen; el enamorado expone su declaración a la enamorada con el aire más desenvuelto del mundo; mientras conversa golpea su muslo con el borde de su guante blanco o se reajusta las mangas.(...) Todo se anuda y se desata con una indolencia admirable: los efectos no tienen ninguna causa y las causas no tienen ningún efecto. El personaje más ingenioso es el que dice mayores tonterías, y el más tonto es el que dice las cosas más ingeniosas; las muchachas jóvenes sueltan discursos que harían enrojecer a las cortesanas y las cortesanas pronuncian máximas de moralidad. Las aventuras más inauditas se suceden una tras otra sin que nadie las explique;. (..)El ánimo del autor se deja ver bajo todas sus formas, y todas estas contradicciones constituyen otras tantas facetas que reflejan sus diferentes aspectos, añadiéndoles los colores del prisma.

Resulta que este batiburrillo y aparente desorden, a fin de cuentas, muestran con más exactitud la vida real, bajo aspectos fantásticos, que el drama costumbrista estudiado más minuciosamente. Todo hombre encierra en sí la humanidad entera, y al escribir lo que se le ocurre lo hace mejor que copiando con lupa objetos situados fuera de su persona.

¡Oh, qué hermosa familia! Jóvenes enamorados novelescos, doncellas vagabundas, serviciales doncellas, bufones caústicos, lacayos y campesinos ingenuos, reyes bondadosos cuyo nombre es ignorado por el historiador y su reino por el geógrafo; graciosos abigarrados, payasos de réplicas agudas y milagrosas cabriolas; oh, vosotros que dejáis hablar al libre capricho por vuestra boca sonriente, os amo y os adoro entre todos y más que a ninguno. Bajo las alas vigorosas de la locura os eleváis por encima de la burda realidad y en los que el poeta personifica su alegría, su melancolía, su amor y su sueño más íntimo con las apariencias más frívolas y las más desprendidas".

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque me hace fruncir el ceño levemente su amor gautiano (en esto sólo puedo acercarme a mi admiración por su Judith, una dama que pudo hacer que el caglióstrico Wagner se subiera a los árboles), intentaré seguirla-aunque dudo que pueda hacerlo. No le preocupa estar cayendo en un peligroso panteísmo? No quiero ser agorero-bueno, sí que lo quiero- pero le recuerdo la desgraciada y terriblemente veraz historia de Warry Fritzinger y Walt Whitman.

Donna Angelicata dijo...

Bueno, aunque no me considero panteista stricto sensu, ¿quién no ha experimentado alguna vez en su vida un instante de claridad espiritual o iluminación mística al encontrarse en armonía, por unos instantes, con el universo?. Evidentemente, el caso de hoy no es suficientemente ejemplificativo, ya que no considero que cruzar tres pasos de cebra y estar a punto de ser atropellada en uno por una vespino asalvajada, conduzca a nada parecido al éxtasis. Pero me ha servido para divagar un rato bajo un sol y acordarme de todos ustedes, mis pequeñas acémilas.

Si son capaces de mostrarme a un cabestro que no ame la Naturaleza, entonces me comprometeré a admitir que el ser humano es la cosa más repugnante y degradada del Sistema Solar.(Nota: En mi cosmovisión, los insectos no son Naturaleza)

Anónimo dijo...

Pero, no se da cuenta, querida bestia, de que intento advertirla del terrible peligro que corre?, puede morir lapidada por las turbamultas islamosociatas(unos la lapidarán por su hermoso semblante, supongo, y los otros por la gran amenaza que les supone el hecho de que piense). Ya perdí a una mujer en un trance semejante. Les contaré algo íntimo, sucios camelleros, fue en Alejandría, oh!, sufridora ciudad objeto de los ditirambos del gran Luis Antonio de Villena, y ella se llamaba Hipatia. Querida Hipatia, cuánto te echo de menos!.

Anónimo dijo...

Ayer éramos onagros, hoy acémilas y sucios camelleros. Menos mal que gozamos con el flagelo dialéctico y para nosotros el harakiri bloguero es fuente de mil dichas. Espero, comadrejas puercas pocilgueras, perderlos de vista por lo menos hasta el lunes. Eso sí, siempre desde el amor.

Anónimo dijo...

Echaremos en falta su buen humor, gran ingenio y excelente disposición, sta. Liuva, disfrute con el buen gusto que posee. Hoy, aunque no tengo ni la más mínima esperanza en que rebaje algo su consideración de que soy un ordinario(estoy básicamente de acuerdo, qué se puede esperar de alguien que llora con las películas de Jeanette Macdonald y Nelson Eddy?), le diré que hablando con la máquina me di cuenta que no era té con limón sino té al limón.

Donna Angelicata dijo...

Menos mal que no comprendo ni una palabra de lo que me dice, Sr. Anónimo, pues de lo contrario no podría evitar que un miedo cerval se apoderara de mí cada vez que saliera de casa y pensara que esas turbamultas islamosociatas me acechan en cada esquina para saltar, gracil y diabólicamente, hacia mí con el fin de lapidarme.
Verdaderamente, me asusta usted más que Lovecraft con sus monstruos innombrables.

Liuva, tenga usted un feliz puente sin nosotros. Cómo le envidio, ojalá yo pudiera desprenderme así de todo. Recuerde no ser ordinaria, o al menos no tener la poca elegancia de contárnoslo después.

Anónimo dijo...

Querida Donna, acabo de volver de una agradable reunión de amigos y me he topado con su no menos agradable comentario sobre nuestras humildes personas. Y ahora que nos llevamos tan bien, me temo que cuando conteste a la pregunta que voy a hacerle, empezaremos a tirarnos los trastos a la cabeza.

La pregunta es:

¿cuál de nosotros es el campesino ingenuo? ¿quién el bondadoso? ¿quién adopta la figura de la doncella vagabunda? ¿seré yo el personaje ingenioso o la cortesana de alta moralidad?

No está bien arrojar la piedra y esconder la mano, Donna. Somos almas sensibles llenas de curiosidad.

Anónimo dijo...

Sr. Anónimo, ¿Hipatía? no sé por qué me había hecho yo a la idea que era usted de letras.

Liuva, espero que se vaya de puente y no de puenting. Que disfrute.

Dardo dijo...

¿Pensamientos voluptuosos, querida Donna?. Sin duda este es el efecto debido a que Vd. alberga la humanidad entera: a los castos y a los sátiros.

Reciba un cariñoso abrazo de su servil acémila. ¿Para cuando nos servirá un bestiario clasificatorio de la biodiversidad blogosférica; aprovechando esa malvada y prolífica generosidad para con sus súbditos?.

Donna Angelicata dijo...

Sinceramente, tenía algo de esperanza en que no me pidieran eso, bien porque son compasivos, o bien porque cada uno adoptaría el papel que más le apeteciera -como debe ocurrir en eso que se llama "vida real", supongo-.

Por otra parte, esa pregunta presupone que conozco sus almas, lo cual niego rotundamente.

Pero... está bien, ya que me lo piden y como soy un alma cándida y me someto fácilmente a la voluntad ajena -diré que sólo a la de aquellos que me caen bien, y ustedes, seres reptadores, no me pregunten cómo es posible, lo hacen- y además si lo tomo como una especie de juego, la cosa toma tintes mucho más lúdicos (menuda tonta redundancia acabo de decir).

Bien, comenzaré con Anónima, pues ella es la que ha expuesto este asunto y es justo que sea la primera. Usted me recuerda, querida amiga, a una servicial doncella de gran capacidad intelectual y con una provechosa curiosidad por los asuntos humanos, y no me refiero a los sociales. Heiliges Weib!

Continuaré, con el permiso de los varones, con la siguiente dama. Nuestra apreciada y en absoluto ordinaria, Srta. Liuva. Usted, usted... a usted la veo con cualidades semejantes a Anónima, pero con el doble de rebeldía, lo cual le otorga un papel de muchacha joven con discurso que enrojecería a una cortesana. Todo eso la hace bastante adorable -pese a que se tome demasiado en serio muchas de mis bromas-.

Al mismo tiempo, como podrán observar, soy muy benevolente, las imagino muy hermosas. Y aprovecho aquí para introducir otro espléndido fragmento del Pierre de Melville y a la vez, impresionar al Sr. Anónimo, que veo que tiene gustos melvillianos, por lo que parece:

"Porque una mujer hermosa no pertenece por completo al Reino de la Tierra. Su propio sexo así lo considera. Cuando una belleza espectacular entra en un salón, las demás mujeres la observan como si se tratase de un ave de Arabia que acaba de posarse en el antepecho de la ventana. Aunque se piense lo contrario, sus celos -en caso de que anide en ellas tal sentimiento- no son sino consecuencia de una abierta admiración. ¿Acaso envidian los hombres a los dioses?. ¿Envidiarán pues las mujeres a las diosas?."

El siguiente es mi no menos idolatrado Sr. Dardo. A usted le ofrezco el papel de rey bondadoso. ¿Quién no amaría una monarquía semejante?. Y lo que es más, una monarquía bondadosa e ilustrada. Le imagino dando sentenciosas frases y sabios consejos a un pueblo que le aclamaría ciegamente. Bien podría usted decir: "El deber de cada uno es dar con su voz".

Por último, pues no creo que después de esto esté en condiciones de poner nada más hoy, queda mi adorado Sr. Anónimo. Evidentemente, y como le presupongo, descuartíceme con una motosierra si me equivoco, un elevado sentido del humor, le adjudicaré el portentoso papel de payaso de agudas réplicas y milagrosas cabriolas. Al mismo tiempo, su imagen austera o de ogro de cartón, me hace recordar lo que dice Schopenhauer:

"La consecuencia de todo esto es que la sociabilidad de cada uno está en razón inversa de su valor intelectual, decir de alguno "Es muy insociable" significa poco más o menos: "Es un hombre dotado de altas facultades"".

Bueno, ¡pequeñas garrapatas!, más valdría que se fueran a leer el diccionario o a podar árboles frutales, yo iré a dormir, si los relámpagos me lo permiten.

Anónimo dijo...

No sé si debería estar entusiasmado por que se me otorgue la personalidad de un payaso.Más bien creo que no. Mi poco amor por los payasos no arranca de Charlie Rivel, Marcel Marceau o John Wayne Gacy(si tengo que elegir me quedaré con el último), sino de muy atrás, con los estúpidos ejemplos de aún más estúpidos maestros, de Black el payaso o de I Pagliacci -qué horrible ópera!, Cavalleria Rusticana para siempre!-. Pero bueno, se lo perdono,porque no quiero que la apedreen, tenga cuidado, en los próximos tiempos ser una mujer hermosa e inteligente va a ser lo más peligroso de todo, ya me imagino a islámicos furibundos, asesinos múltiples y abecerrados sociatas en pos de usted.

Anónimo dijo...

Pero no entiendo lo más mínimo su razonamiento sobre Hipatia, srt. Anónima. Por ese mismo razonamiento, debo estar incapacitado de amar a la ministra Salgado.



Que lo estoy!.



Perdóname Hipatia!, por compararte con ese horrible ser.

Dardo dijo...

Apreciada Donna; cuando deje Vd. de escribir en abierto y codifiqué sus ediciones, me da de alta incluso en "Donna digital plus " de pago por lectura.

No, claro que no, el Otoño no ha llegado. Esta es una bitácora sita eternamente en el Trópico.

Hoy, para que quede contenta, un saludo a su Dª Pilar que es la piedra angular y responsable de lo que es Vd. misma.

El Otoño estacional le hace realizar semblanzas caleidoscópicas que son una delicia. No, no es panteísta; la experiencia mística de la naturaleza es una intuición del orden natural; una llamada a profundizar en el logos.

Pero, ¡ no se ría de sus reptadores habituales!. ¿Vd. sumisa?. Esto es un atentado a la realidad y a la propia lógica. ¿Por qué a la lógica?. Pero Donna si Vd. es sumisa frente a los deseos de sus reptadores, ¿a qué inframundo pertenece?.

Gracias por el feliz bestiario. Ha reflejado toda una neocorte de los milagros. Con dos doncellas, un bufón y un Rey bondadoso; que es como decir "asexuado". ¡¡Es Vd. malvada de veras!!.

En fin; mime a sus adorables doncellas y al imprescindible bufón que todos ellos son necesarios. El Rey se asirá cual gran garrapata hasta que cualquier día lo guillotinen.

Anónimo dijo...

Sr anónimo, no se altere tanto, no hace falta llegar a esos extremos. Simplemente no me lo imaginaba dibujando corazones "sobre el conon astronómico de Diafanto". Creo que no está incluido en sus libros de cabecera.

Querida Donna:

¿Cuentos quieres, niña bella?
Tengo muchos que contar:
de una sirena de mar,
de un ruiseñor y una estrella,
de una cándida doncella
que robó un encantador,
de un gallardo trovador
y de una odalisca mora,
con sus perlas de Basora
y sus chales de Lahor.

Cuentos dulces, cuentos bravos,
de damas y caballeros,
de cantores y guerreros,
de señores y de esclavos;
de bosques escandinavos
y alcázares de cristal;
cuentos de dicha inmortal,
divinos cuentos de amores
que reviste de colores
la fantasía oriental.

Anónimo dijo...

Fantástica visión del mundo.
Ahí está nuestra droga más querida: unos ojos renovados que todo lo ven y lo sienten,

Saludos

Anónimo dijo...

Cuando conocí la historia de Hipatia y su discípulo, posiblemente apócrifa, uno se da cuenta la increíble mujer que fue. Por otra parte les comunico, queridos artríticos ganapanes de peludas orejas, que está a punto de salir un libro sobre las narraciones completas de Kipling.

Anónimo dijo...

Kipling. ¡Que buén compañero de blog habría sido!. Me imagino su aportación a la entretenida conversación que mantenemos:

"Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud,
o pasear con reyes y no perder el sentido común;
si los enemigos y los amigos no pueden herirte,
si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
si puedes llenar el minuto implacable
con los sesenta segundos que lo recorren;
tuya es la Tierra y todo lo que en ella habita,
y -lo que es más-, serás un Hombre, hijo mío."

Anónimo dijo...

Si. Me alegro de que le guste también
el if. No digo nada porque detesto ser rechazado por tercera vez.

And yet don't look too good, nor talk too wise;....
Lo malo es que va a salir en una editorial que suelen ser tan caros sus libros que me temo lo peor.

Donna Angelicata dijo...

Lamento estropear este delicado momento klipiniano, pero no puedo resistirme a introducir estos divertidos versos ingleses que acabo de leer y que aparecen en la Juana de Arco de Thomas De Quincey:


"If the man that turnips cries,
Cry not when his father dies,
then 'tis plain the man had rather
have a turnip than his father".

"Si el hombre que cría pepinos
no llora al morir su padre,
es evidente que el hombre preferiría,
tener un pepino que a su padre".


All the people like us are We, and everyone else is They.
Rudyard Kipling

Anónimo dijo...

Yo también estoy disfrutando con una buena lectura este fin de semana. Les leo:

"Debo decirles, hijos míos, que en el caso de una repentina y misteriosa muerte, la ley exige que venga el médico forense, corte el cuerpo en pedazos y los someta a un grupo de hombres, quienes, después de inspeccionarlos, declaran a la persona muerta. Por hacer esto el forense recibe una gran suma de dinero. Deseo eludir tan penosa formalidad; eso es algo que nunca tuvo la aprobación de... de los restos. John -aquí mi madre volvió hacia mí su rostro angelical- tú eres un joven educado y muy discreto. Ahora tienes la oportunidad de demostrar tu gratitud por todos los sacrificios que nos impuso tu educación. John, ve y mata al forense."

Una tumba sin fondo.Ambroise Bierce

Anónimo dijo...

Qué dos textos tan buenos los dos últimos! Sólo puedo elogiarlas y adorarlas. Pero tengo una siniestra sospecha, no serán ustedes dos, una misma persona?.