sábado, septiembre 13, 2008

El aprendiz de brujo

He pensado que voy a comenzar esta nueva "temporada" de la forma que más me gusta; con una entrada musical.

Ayer asistí al Palau de la Música y entre el programa estaba este Aprendiz de Brujo compuesto por el compositor francés, Paul Dukas, que tanto me gusta. Cabe decir que el auditorio estaba rebosante como nunca (no le quitemos mérito a la pieza, pero puede que el hecho de que fuera el primer concierto de la temporada y además, gratuito, influyera de manera más poderosa)

Bien, El aprendiz de brujo se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original. La balada cuenta la historia de un viejo mago, cuyo aprendiz está deseoso de imitar a su maestro. El joven inexperto consigue dar vida a una escoba a la que le ordena traer agua. Pero pronto descubre que no sabe detener el proceso que ha puesto en marcha y que sólo corrige al final el viejo brujo. Dukas se vale del fagot para dar vida al personaje de la escoba y de un crecendo dramático magistralmente conseguido para ilustrar las fuerzas incontroladas que desata el aprendiz.



La historia del Aprendiz de Brujo data del siglo II a.c. y fue el escritor griego Luciano quien la escribió, aunque milenios más tarde el poeta alemán Goethe publicó (originalmente en inglés) una balada en 1830, y más tarde, en 1897, Paul Dukas, famoso compositor francés, usó el poema como base para su popular pieza orquestal.

Fué Perce Pearce quien se responsabilizó del desarrollo del guión para la versión animada que Walt Disney haría de la historia del pequeño aprendiz de mago. Pearce notificó a los 700 empleados de Disney que Stokowski iba a ser el director de la orquesta con su propia interpretación de la música y escribió que "al interpretar Mickey al aprendiz de brujo, daremos a la música un diseño fantástico, una adaptación exacta de la composición original". Fue ejecutada por la Orquesta de Filadelfia.

Les dejo aquí la divertida y enérgica pieza para su disfrute. Se me ocurre, a modo de análisis más profundo (y sí, soporífero) lo siguiente. ¿Podríamos ver la obra como ejemplo del hombre moderno que ha creado un mundo cuyo control se escapa de sus manos y amenaza con destruirle?. O tal vez otra idea moralizante en el sentido del intento de salir del monótono día a día, ser por unos instantes, el amo del mundo, el sueño de alzarse de siervo a señor, y como la realidad devuelve a cada uno al sitio que le corresponde.

42 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé, a mí el verdadero irresponsable me parece el brujo. Pues sí tenía tanto poder ¡haberlo guardado mejor! Es como si yo pasando delante de un sitio donde se celebra un congreso de nerudólogos, todos con sus levitas, sus enormes panzas y boinas poéticas hallo en el umbral una reluciente ametralladora con el cargador puesto y los ametrallo a todos.

Donna Angelicata dijo...

Jajaja, ¡Sr. Anónimo!. Pues tiene usted razón, bestia sanguinaria, tiene usted razón.

La moraleja es sé tú mismo. Ah no, perdón, quiero decir, la moraleja es... no se fien nunca, bajo ninguna circunstancia, del Sr. Anónimo.

Josep dijo...

Buf! Que peligro tiene el Sr. Anónimo y que iluso: es imposible acabar con todos... pero bueno, a lo que iba:

La pieza que nos ofrece disney es fantástica, tanto por la interpretación de Leopold Stokowski como por lo cuidado de la historia y la animación.

Si nos pusiéramos a profundizar, quizá la parábola se referiría a los que piensan que un ordenador servirá para hacer su trabajo, y luego pierden horas y horas configurando su "ventanuco", cuando no formateando y volviendo a instalar todo; o a aquellos que piensan que el estudio no sirve para nada y desean pasar inmediatamente de aprendices a maestros, que también los hay.

Me quedo, no obstante, con la pieza corta, tan entretenida, y me dejo de pensar en cosas serias. Voy a verla de nuevo.

Saludos, Donna.

Anónimo dijo...

Ha de saber, Sr. Anónimo, que los nerudólogos cuando van a sus congresos van siempre con los chalecos antibalas puestos. Aunque, la verdad, a las balas no hay que tenerles miedo, hay que temer a la velocidad con la que vienen. Su ametralladora seguro que es de agua sin gas.

David PM dijo...

Viene usted con ideas moralizantes a través del pobre Mickey. Recuerdo cuando siendo un jovenzuelo (si es que algún día lo fui) vi a las escobas danzar por arte de magia... y es un poder que observando algunos días el lamentable estado de alguna habitaciones de esta casa, desearía tener...

En cuanto al último párrafo de su entrada: "el sueño de alzarse de siervo a señor, y como la realidad devuelve a cada uno al sitio que le corresponde", me ha recordado a este terrible hombrecillo. Espero que no tenga usted trato con él.

Un saludo y ¡siga publicando!

David PM dijo...

Por lo que veo el enlace que he agregado no funciona, la dirección a la que me refiero es ésta: http://blogs.cadenaser.com/photos/uncategorized/2007/03/22/aznar_azores.jpg

Anónimo dijo...

Yo creo que Walt Disney se equivocó al elegir al protagonista de esta historia. Eligió, en un casting erróneo, a Mickey Mause cuando el papel estaba hecho a la medida del siempre irritado Pato Donald.

El libreto de Lucky Luciano tampoco es para echar cohetes, una escoba que cobra vida y no para hasta inundarlo todo es, aparte de onírico y freudiano, simplón. No hacen falta tantos siglos ni tantos plumíferos para semejante engendro. Y, además, es políticamente incorrecto en estos momentos de huracanes en EE.UU.

Lo más acertado es la música fagocitada de Dukas.

Neruda también tiene una poesía rebosarte de líquidos, se llama “El gran orinador”. Si están interesados, se la pongo.

Anónimo dijo...

Se la voy a poner de todas formas, porque no me la van a pedir.

El gran orinador (Pablo Neruda)

El gran orinador era amarillo
y el chorro que cayó
era una lluvia color de bronce
sobre las cúpulas de las iglesias,
sobre los techos de los automóviles,
sobre las fábricas y los cementerios,
sobre la multitud y sus jardines.

Quién era, dónde estaba?

Era una densidad, líquido espeso
lo que caía
como desde un caballo
y asustados transeúntes
sin paraguas
buscaban hacia el cielo,
mientras las avenidas se anegaban
y por debajo de las puertas
entraban los orines incansables
que iban llenando acequias, corrompiendo
pisos de mármol, alfombras,
escaleras.

Donna Angelicata dijo...

No sé Liuva, a mí el ratón Mickey me gusta más para este papel, aporta más ingenuidad. Aunque bueno, quizás tenga razón en parte. Al pato Donald lo que hay que darle son papeles mudos. Por Dios, ¿alguien ha visto el corto "Donald en el país de las matemáticas"?. El que consiga entender una sola palabra de lo que dice ese pato, gozará de mi eterno respeto y admiración.

Les dejo el link, vean, vean (y vuélvanse locos)

http://es.youtube.com/watch?v=H5tOVFDlXPc

Donna Angelicata dijo...

David, que visión tan horrenda me ha dado con esa imagen, por Dios. Podía avisar un poco antes, ¿no cree?. Algo en plan "Ojo, la siguiente imagen es muy perjudicial para la salud, tan solo comparable con un poster en pose adolescente de Evo Morales".

Son ustedes perversos. Los he calado.

David PM dijo...

¿Tiene usted un poster de Evo Morales en pose adolescente? Vaya, eso me recuerda una vez, hace años, cuando un compañero de piso, queriendo clasificar un suceso que había vivido (que por lo visto era escalofriante) lo definió como suceso postergay (en lugar de poltergeist). Después de las risas iniciales, llegó a la conclusión de que no se había equivocado mucho, pues esa clase de posters, a él, también le producian "un extraño miedo".

No sé si su poster también se podría clasificar así...

Un saludo

Anónimo dijo...

Perdone,pero esa idea del chorro amarillo me parece mucho mejor expresada en Swift(y también es una metáfora sobre el acercamiento físico y la gratitud,snif!), aunque supongo que el chorro amarillo caería no sólo sobre iglesias y palacios sino también sobre los tipos que iban de poetas. De todos modos me ha reconciliado en parte con este buen hombre y ahora gracias a su poesía(la de usted) lo aprecio más. (Cuando digo que lo aprecio más quiero decir que lo desprecio ahora menos que por ejemplo al tipo ese que da tantas veces su nombre a esas instituciones tan desagradables,¿cómo se llaman esas cosas?, ahora no me viene a la cabeza, no, no son cárceles, tampoco bedlams, ah! si!, institutos).

Anónimo dijo...

Si no da más pistas sobre ese personaje… pero tal vez se refiera usted al recaudador de impuestos de la corona al que llamaban “el manco del espanto” por el temor con que era recibido por los contribuyentes cuando golpeaba a la puerta de sus casas.

Anónimo dijo...

No, no me refería a ese personaje (qué destino el suyo, en su época denostado y sin honor, y hoy su nombre en manos de corruptos, imbéciles y retrasados mentales), me refería a ese tipo que, como decía, da tantas veces nombre a esas instituciones que se presupone son de enseñanza. Llámenme descerebrado, pero en vez de su nombre preferiría que hubiera multitud de institutos de enseñanza secundaria que se llamaran Adolf Hitler; me imagino multitud de escenas muy bonitas en institutos así, "me han suspendido matemáticas en el Adolf Hitler","hay un imbécil dando filosofía en el Adolf Hitler", "nos conocimos y nos enamoramos en el Adolf Hitler". Pero no, la siniestra realidad es que tenemos innumerables centros con el nombre de esto. (Le daré una pista, por si no se ha aclarado ya, pregunte a uno de estos tipos de profesión docente nombres de poetas y si no sale en primer o segundo lugar el nombre éste, haré algo realmente muy feo)

Donna Angelicata dijo...

Sr. Anónimo, apuesto que su acerado comentario se refiere a aquel poeta alicantino del que Vicente Aleixandre escribió estas palabras tras su muerte (pues según parece, no pudieron cerrarle los ojos una vez muerto):

"Era confiado y no aguardaba daño. Creía en los hombres y esperaba en ellos. No se le apagó nunca, no, ni en el último momento, esa luz que por encima de todo, trágicamente, le hizo morir con los ojos abiertos."

Vicente Aleixandre

Anónimo dijo...

De los 105 Institutos de Educación Secundaria que hay en Madrid, me han salido los siguientes nombres de escritores y varios:

I.E.S. Calderón de la Barca
I.E.S. Arcipreste de Hita
I.E.S. Ramiro de Maeztu
I.E.S. Blas de Otero
I.E.S. Dámaso Alonso
I.E.S. Mariano José de Larra (2)
I.E.S. Pérez Galdós
I.E.S. Gregorio Marañón
I.E.S. Rosa Chacel
I.E.S. Francisco de Quevedo
I.E.S. Gabriel García Márquez
I.E.S. Pío Baroja
I.E.S. Lope de Vega
I.E.S. Miguel Delibes
I.E.S. Antonio Machado (2)
I.E.S. Tirso de Molina (2)
I.E.S. Cervantes

O tal vez el Instituto de Enseñanza Secundaria José Saramago.

Según su goebbelianan actitud se me hace difícil elegir entre todos estos cuál es el que mayor fobia le da. El del huevo frito tal vez.

Anónimo dijo...

No, no, yerra el tiro completamente. En cambio, Donna acertó(¿debo dar más razones de por qué la adoro?).(Menuda gentuza debe haber en el García Márquez)

Donna Angelicata dijo...

(Sí, sí que debería dar más razones).

Estoy leyendo uno de los relatos de Jardiel Poncela incluido en su "Lectura para analfabetos", acerca de las mujeres, que me está divirtiendo mucho. Puede que cuando tenga algo de tiempo, les ponga algún fragmento. Lo cierto es que tras leerlo me avergüenzo un poco de ser mujer.

Donna Angelicata dijo...

"- Amigo mío... Usted me comprende...

- No sólo la comprendo - dije -, sino que no podría vivir tranquilo sin contemplar la luna reflejada en el fondo de sus ojos.

Me incliné hacia ella y miré al fondo de sus ojos. No se veía la luna, porque la tapaba yo con mi propia cabeza, pero me guardé mucho de decirlo."

Una vida extraordinaria. Enrique Jardiel Poncela.

Anónimo dijo...

Amiga mía, usted me comprende. Una de las razones que me inducen a pensar que Jardiel Poncela era grande es que no hay ninguna de esas sórdidas instituciones con su nombre(supongo que ahora vendrá un listillo y me sacará un contraejemplo).
Daré mas entonces: pues otra de las cosas que me seduce en usted es que siempre pide más razones.

Anónimo dijo...

Tanta conversación sobre chorros amarillos y poetas institucionalizados no me inspira absolutamente nada para hacer una entrada genial.

Así que les voy a contar mi vida.

El otro día, por motivos que no vienen al caso, tuve que asistir a la inauguración de una exposición de alguien desconocido (sobre todo para mí y calculo que unos cuantos millones más de personas en el mundo).

La exposición se titulaba "Litografía sobre plancha de aluminio", y contráriamente a lo que están pensando, erá de fotografías. En unas decenas de flashes se mostraba al público el proceso de creación de una litógrafia. Y es un proceso bastante sucio. Primero se araña una plancha de aluminio con algo punzante intentando que el resultado se parezca algo a alguna cosa, luego cuando alguien se aventura a decir lo que parecen esos rallajos, el artista debe apresurarse a afirmar con entusiasmo que ¡efectivamente! esa era la intención final. (aunque intentará hacer la torre eifel y le saliera una chumbera). Luego, como si le diera vergüenza, lo tapa todo con tinta negra y le pone un papel encima. Y le coloca un montón de peso encima para que nadie se atreva a cotillear por riesgo a herniarse en el intento.

Esta era, decía la exposición a la que asistí. Pero había truco. El artista no había resistido la tentación de traer las "muestras" de todo el proceso que mostraban las fotos. Las llevaba en una carpetilla que acariciaba de vez en cuando mientras hablaba consigo mismo y soltaba risillas.

Intenté escabullirme, pero calculé mal y acabé en un pasillo sin salida. El de la carpetilla me acorraló y sonriendo de oreja a oreja, empezó a sacar las litógrafias de la carpeta y a preguntarme lo que me parecían.


¿qué les suguiere el hecho de que te vayan mostrando una detrás de otra un montón de láminas en blanco con unas manchas de tinta negra?

Pues, eso. Yo sólo veía avestruces.

-Esto es el mercado de abastos-me decía mientras me señalaba un avestruz intentando volar.

-Y esto, un tranvía que se acerca hacia el observador-afirmaba moviendo arriba y abajo una pareja de avestruces peleándose por meter la cabeza en el mismo agujero.

Salí bastante transtornada. No recuerdo haber tenido en la niñez ningún trauma con los avestruces.

Dígame doctor, ¿será una señal de que me convertiré en una sexagenaria que sólo piensa en hacer crochet?

Anónimo dijo...

Perdone honorable Anónima, no deseo quitarle la ilusión de que padezca un trauma,pero ¿no le parece que los test proyectivos son una chorrada(espero que me perdone por emplear palabra tan vulgar)? El carácter científico que se esfuerzan en aparentar es sólo eso, pura apariencia. Y las conclusiones de que ver una cosa y no otra pueden significar algo terrible están a la altura de las mayores mistificaciones y charlatanerías de todos los tiempos, como la psicología freudiana, como que Neruda y Alberti hayan sido poetas, como los milagros de Mahoma(y que no fue un pedófilo) o que Victor Mature fue un pésimo actor( creo sinceramente que fue uno de los actores más geniales de la historia).

Anónimo dijo...

Señor Anónimo, lo único que yo destacaría de Victor Mature es que tenía un ojo más grande que el otro, cosa que me molestaba sobremanera y que me impedía seguir la trama de Sinué el egipcio, porque pensaba constantemente que le estaba guiñando un ojo a todo el reparto femenino.

Indudablemente, pienso igual que usted en cuanto a la fiabilidad de las "proyecciones", lo cuál no tiene nada de incompatible con la falta de imaginación de mi cerebro que se empeña en ver avestruces en papeles manchados.

Y no le perdono lo del término tan vulgar que ha empleado. En penitencia le propongo mirar la siguiente lámina en blanco con manchas de tinta y que me diga que imagen ve

En cuanto a convertirme en una sexagenaria que hace crochet...bueno, ¿por qué no?

Anónimo dijo...

Hola Donna.
Doy fe de que estuvo el palau a rebosar.(a mi pesar)
Sobre todo lo demás sólo puedo quitarme el sombrero. Virtual, claro.
Felicidades por su blog.
Le trato de Ud por no desentonar. Y por respeto también.
Un saludo.

Freia dijo...

Querida donna angelicata

Esto de coger las vacaciones cuando han vuelto todos Vds. y con tantas ganas de publicar, está haciendo que me cueste ponerme al día con mis amigos de la blogocosa.
Me alegro de que haya vuelto. La echaba mucho de menos.
Con relación al aprendiz de brujo, le diré que yo conocí la pieza de Dukas, como muchos otros, a los 7 ú 8 años, de la mano de Fantasía, Mickey y Disney y no me arrepiento.
Y yo creo que no deja de ser una fábula del hombre moderno al que las revoluciones técnicas acaban por vencerle, mezclado con ese deseo innato a muchos seres humanos de creerse Dios y querer dominar el mundo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Me gustaría poder decir que veo a Saramago o a Alberti, pero no, veo a un bicho muy simpático(cosa que no puedo decir de los precedentes). Veo muchas virtudes en usted(incluso es posible que ya sea sexagenaria), pero no puedo por menos de lamentar su falta de aprecio por Victor Mature(¡pero qué malo fue con Linda Darnell!)

Anónimo dijo...

Víctor Mature era casi tan mal actor como John Wayne y casi tan feo como Robert Mitchum. En cierta ocasión se quiso hacer socio en un club de golf de Los Ángeles donde no admitían ni a negros, ni a judíos, ni a actores. “Lo sentimos mucho, Sr. Mature, pero no podemos aceptarle porque es usted actor". Mature regresó al día siguiente con una caja llena de críticas de sus películas, y en todas ellas decían que no era actor. Así que no tuvieron más remedio que admitirlo.

Señor Anónimo, Tsujigiri es un término japonés relacionado con la esgrima que significa “probar una espada nueva en un transeúnte fortuito“. Yo creo que usted sería feliz si le nombraran probador oficial de Tsujigiri.

Anónimo dijo...

Despues de su comentario sobre Mitchum tengo la certidumbre de que usted señora Liuva, no sé si llamarla así aún, es un hombre.La historia que cuenta de Mature, ¿acaso no muestra la superioridad de un gran hombre que sabe burlarse de sí mismo?(compárelo con ejemplos recientes de tipos que se creen el omphalos del universo, adoptan a negros, quieren tapar el agujero ozónico o bien salvar la selva malaya). Le agradezco señor Liuva esa palabra japonesa, que desconocía, y que me será muy útil.

Anónimo dijo...

Bueno, para que vea que aún hay esperanza, le admito que hay una película de Victor Mature en la que su actuación no me pareció demasiada mediocre.

Me refiero a Sansón y Dalila. (aunque creo que la razón por la que la destaco es porque al final le tapan la vista a Victor Mature y deja de distinguirse si le guiña el ojo al reparto femenino o al repartidor de pizzas).

Todo nuestro universo se desploma, yo soy una sexagenaria, Liuva es un señor con bigote y, sospecho, que el señor Anónimo en realidad es un opositor a secundaria que sobrevive a base de cacahuetes.

¡O tempora o mores!

Donna Angelicata dijo...

Pues sí, querida Anónima, me parece que a estas alturas todo adquiere tintes tan rocambolescos que tan sólo la afirmación de que yo en realidad soy un monje tibetano, una yegua famélica o una peluca sobre un pararrayos podría devolvernos a la más absoluta de las corduras.

En cuanto al debate sobre el tal Mature, lamento no tener mucho que aportar con mi increíble sapiencia, pues mi juventud y buen gusto han impedido que haya visto nada de esa lombriz estrábica. Lo lamento. Esto se resuelve publicando rápidamente otra entrada para que se les olviden ya de semejante ser de mirada torva. Aunque bueno, viendo como desvían ustedes los temas, creo que una próxima entrada sobre Beethoven, por ejemplo, nos conducirá inexorable y fatídicamente a una conversación sobre la idoneidad del Acueducto de Segovia como sede de la Asociación de suicidas "Adios vida, ave mortem"

¡Oh, calamares en tempura, oh moras negras!! (no conozco a nadie que le gusten las rojas)

Anónimo dijo...

Perdone, no es por el placer de llevarle la contraria, pero a mí me gustan rojas. En cuanto a lo de sexagenaria me parece que ha sido mal recibido. Yo creí haberle hecho un elogio a la Señora Anónima, perdón, Señorita Anónima; no quiero presumir de pendón o de un vulgar Chateaubriand que acaba de bajar por la chimenea, pero, ¿me creerían si digo que conozco decenas de quinceañeras, quizás centenares, y que es el ser más bajo de los diez mil seres vivientes(quizás más el quinceañero)?Yo he querido a innumerables sexagenarias, me parecen deliciosas(aunque no me confundan con un corriente Harold), muchas veces he estado pendiente de sus labios, y en algunos casos de su dentadura postiza. Lo de Victor Mature me duele mucho y sólo recomiendo el visionado inimterrumpido de pasión de los fuertes.

Donna Angelicata dijo...

¿Y los puntos intermedios, docto y extraño Anónimo?. Supongo que entre ser una sexagenaria y una quinceañera hay un amplio océano de hermosas primaveras (¡huy, que cursi me ha quedado!). De todas formas, eso de ir mirando las dentaduras postizas de las sexagenarias tiene un nombre. Aunque no me acuerdo.

Anónimo dijo...

En atención a usted, cuando llegue a esa dulce y fascinante edad, le enviaré por correo certificado mi dentadura postiza cubierta de metracrilato para que pueda gozar con su visión encima de la mesita de noche. Lo que esté en mi mano.


El jersey de crochet se lo enviaré a Donna le hará falta para las gélidas noches de invierno en el pararrayos.

Anónimo dijo...

Perdone,¿son realmente tan importantes los puntos intermedios? Yo no lo creo así y comprendo en parte la fascinación que sintió Harold por Maude, la increíblemente atractiva Ruth Gordon.

Donna Angelicata dijo...

Si ya le comprendía poco, ahora le comprendo mucho menos. Por otra parte, Jardiel decía que una vez hubo dos hombres que llegaron a estar tan completamente de acuerdo, que irremediablemente uno tuvo que asesinar al otro.

Landahlauts dijo...

Pues sí, fagocitada... quizás sea la mejor expresión para definir cómo quedo la pieza de Dukas después de su paso por Disney.
Pero no crea, Donna Angelicata, que por ello no me gusta esa película. Quizás sea mi favorita de Disney. Y todo ello, a pesar de que cuenta con la insufrible presencia de Mickey. Cualquier otro personaje lo hubiera hecho mejor que él, incluso Donald (aprovechando que no hay diálogo).

Saludos, Donna Angelicata.

Anónimo dijo...

Resulta que llego hoy de viaje y me encuentro que desde hace casi una semana el Sr. Anónimo me ha cambiado de sexo. Y sin operación, así a lo bruto. Y todo porque dije en un comentario que Víctor Mature era casi tan feo como Robert Mitchum. Pues qué quieren que les diga, el sr. Mitchum me sigue pareciéndome feo, no tan horroroso como el tal Mature (que éste si que es para echar a correr) pero Mitchum es feo, de los feos de Connecticut, buen actor, pero feo, duro, pero feo, con ojeras marcadas y permanentes, pero feo. En la escala de los feos está unos centímetros por debajo de Boris Karloff y unos milímetros por encima Sylvester Stallone.

Señor Anónimo, deje en paz mi sexo y dedíquese al Tsujigiri. Hay una frase en la película “El Bueno, El Feo y El Malo” de Sergio Leone que va ni pintada para usted: “Los tíos gordos como tú me gustan mucho, porque cuando caen de espaldas hacen mucho ruido” – Tuco.

Anónimo dijo...

Angelicata, no hace falta subirse al Acueducto de Segovia para suicidarse, el suicidio por inmersión es un recurso mucho más poético, acuérdese de Alfonsina Storni, que se adentró en el mar en la playa La Perla de Mar de Plata para nunca más volver; o de Virginia Woof, que se llenó los bolsillos del abrigo con piedras y se sumergió en el río Ouse.

Qué maravillosa canción “Alfonsina y el mar” cantada por Mercedes Sosa o por Violeta Parra:

“Te vas Alfonsina con tu soledad,
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar.”

Anónimo dijo...

Señora Anónima, me preocupa que vea usted tantos avestruces. Tal abundancia avestrucera no puede ser buena. ¿Sueña usted con avestruces? ¿Sueña usted con huevos de avestruces? ¿Qué fue antes el huevo o el avestruz? ¿No tendrá usted el llamado síndrome del avestruz? No cabe duda que está obsesionada con los avestruces. Eso le cauda estrés. Relájese. Váyase a la playa. Llénese los bolsillos de piedras.

Anónimo dijo...

Perdone, no quería ofenderla con lo de imaginarla varón; yo suponía, en mi inocencia masculina, que Robert Mitchum gustaría a toda mujer normalmente constituída y con un gusto estético no atrofiado; de ahí que al hacer ese comentario supuse inmediatamente que nos estaba dando el pego y que usted era de origen varón. Además, ¿cómo se puede a través de este medio estar seguro del sexo de una persona?
¡Pobre río Ouse! Acoger en su seno a alguien tan pelmazo como la Woolf. El que debió quedarse con la Woolf para siempre fue su marido Leonard, menudo pelma también, en justo castigo por haberse casado con ella.

Juan Carlos Garrido dijo...

Donna:

Coincido plenamente en el sentido alegórico de la historia. Desde el positivismo, nos hemos creído demasiado dueños de nuestros destinos, cuando hay demasiadas cosas que escapan a nuestro entendimiento.

Saludos.

ALBIITA! dijo...

SINCERAMENTE ESTA PAGINA ME HA SALVADO LA VIDA! PUESTO QUE TENÍA QUE ENTREGAR UN TRABAJO MUY, PERO QUE MUY IMPORTANTE PARA APROVAR LA MÚSICA EN MI ACADEMIA Y AL FINAL DE TODO DE MEDIA TUVE UN ¡ 8'9! TODAVÍA NO ME LO CREO PERO QUERIA DAR LAS GRACIAS A LOS QUE HAN COLGADO Y CREADO ESTA PAGINA.
UFF!!!!! QUE ALIVIOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!